El auto se detuvo. Era uno de estos antiguos. Mariana no sabía casi nada de autos, solamente sabía que era antiguo y descapotable, por que saltaba a la vista. Ni siquiera distinguía el logotipo del auto. El chofer era Alejo. Se bajó y rodeó el vehículo para abrirle la puerta a Marianita. Sintió que el corazón se le encogió al mirarla a los ojos. Él jamás le haría algo así a su hija. Era una crueldad. Besó la mejilla de la nueva señora Lanzani. Peter ya estaba al lado de Mariana. Se miraron con desagrado. Mariana estaba enojada porque había demorado el beso más de lo necesario. Peter le puso el brazo a Mariana y ella le lanzó una mirada helada y comenzó a caminar hacia el jardín donde estaban todos los invitados. Ya estaban en el restaurante. Los invitados comenzaron a avasallarles. Muchos deseos de amor, felicidad e hijos. Mariana pensó que si a alguno de ellos les importase realmente, le desearía un rápido divorcio. Posaron para las fotografías con sus mejores sonrisas falsas. Entraron al comedor y se sentaron en la mesa presidencial. Mariana al lado de sus papás y Peter al lado de su papá. No se miraron en toda la comida. Y nadie osó a pedir que se besasen. Así, comenzó el baile, después de bailar el vals con Peter regresó a su lugar y se sentó en la silla que había ocupado toda la noche. En esos momentos lo único que realmente le apetecía era sentirse desgraciada. Miró a todo el mundo bailar y festejar. Parecía que fuese una boda de una pareja realmente enamorada. Todos estaban alegres. Todos bailaban y los felicitaban. Incluso su maridito estaba allí tomando y divirtiéndose con sus amigos. Suspiró con cansancio. No entendía el para qué de la fiesta. Ellos ni siquiera querían estar casados. Para qué gastar la plata en esa tontería. Bastaba con que se casasen y dejarles fingir que nada había ocurrido.
- ¡Vamos a bailar!- dijo Candela tirando de la mano de Mariana- ¡Necesitás relajarte! Pitt se la está pasando bien.
- Él se divertiría siempre que tuviese un trago en la mano- dijo con gesto molesto. Candela estalló en una carcajada.
- No es un alcohólico, Lali, necesitás conocerle
Tiró un poco más fuerte de ella y al final consiguió que se parase y arrastrarla hasta la zona adecuada para la pista de baile.
- ¡Pitt! ¡Ven a sacar a bailar a tu mujer!
- ¿Estás segura de que aceptaría? Porque desde que llegamos no ha hecho más que estar allá sentada.
- No es como si tuviera algo mejor que hacer- dijo Mariana con el ceño fruncido y evidente molestia. Peter estalló en una carcajada lo que hizo que todavía se enojase más.
- Y yo que pensé que eras una concheta educada- dijo Peter.
- ¡Genial! Ya se dirigen la palabra, ahora vamos a bailar- dijo Eugenia.
Candela y Eugenia empujaron a Lali y Peter hacia la pista de baile. Entre las quejas de Mariana y la indiferencia de Peter. Peter se puso completamente serio. Intentó evitar la mirada de Mariana mientras que la tomaba de la cintura. Ella apenas se movió.
- Vamos, no hagás esto más desagradable de lo que ya es- dijo Peter.
Él tuvo que colocar las manos de ella alrededor de su cuello. Mariana temblaba de ira y de rabia. Y comenzaron a deslizarse por la pista.
- No te imaginás lo placentero que es para mi- dijo enfadada.
- No me refería a eso, pero me alegra saber lo que opinás de mi- dijo Peter con una mueca torcida.
- Como si vos hablases lindeces de mi- dijo Mariana enojada.
De una sacudida fuerte, hizo que la soltase. Agarró la cola de su vestido y salió caminando a paso rápido de la sala en la que estaban en el restaurante. Ignorando los murmullos de la gente y la voz de su papá exigiendo que regresase.

Proximo capitulo, Sabado 22 de Octubre, no te lo podes perder!

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