Trata de personas, problemáticas de comunidades indígenas, relaciones homosexuales y adicción a drogas fueron algunos de los temas que trató El Elegido a lo largo de su historia. Así, la novela desplegó un costado de denuncia y de tele comprometida.
A un paso de llegar a su fin, poco a poco comienzan los balances sobre qué nos dejó El Elegido, una tira que no tuvo gigantes picos de rating, pero que ganó un público fiel y seguidores devotos en las redes sociales.
Además de la historia de amor, venganza y justicia que planteó El Elegido, entre sus “ganchos” se destacaron los temas sociales que trató en el transcurso.
Por un lado, El Elegido mostró la trata de personas. Érica Martínez, el personaje interpretado por Calu Rivero, cayó en una red de prostitución. A partir de este hecho, ella se transformó, dejó su mundo superficial y se acercó al afecto verdadero de Octavio (Di Santo). Además de este cambio, la historia mostró cómo se mueven estas redes que esclavizan a las chicas y las utilizan.
Desde el personaje que interpretó Paola Krum, El Elegido se acercó a los pueblos originarios. Mariana Estévez fue quien promovió una investigación sobre estas comunidades en el sur. Su padre había estado involucrado en el asunto y esto lo llevó finalmente a la muerte. Ella, en busca de justicia, continuó el proyecto y descubrió, entre otras cosas, que Oscar Nevares Sosa (Cruz) estaba detrás.
Además, la novela planteó algunas problemáticas que viven día a día parejas homosexuales. Con Greta (Antonópulos) y Paloma (Balcarce) como principales representantes, la historia mostró que puede más el amor que los prejuicios. Greta, aunque sugestionada varias veces por su jefe de que no revelara su inclinación sexual, finalmente se liberó de aquella presión e hizo uso del matrimonio igualitario.
Por último, en el transcurso de El Elegido, la cocaína fue un demonio que circundó a David (Cáseres), el hijo de Oscar, y a Octavio (Di Santo), dos personajes que se relacionaron mucho en la historia y que en cada desilusión acudían al vicio.
De esta forma, la novela escrita por Adriana Lorenzón y Gustavo Belatti abordó temáticas que involucraron un compromiso social. Aunque en formato comercial –con famosísimos actores y presupuestos para escenografías y ediciones elaboradas- El Elegido contó una historia de amor, justicia, fantasía, acción y tocó temas candentes que precisan de una constante denuncia para su transformación.
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