Un presente con Gloria Así se llama la inescrupulosa mujer que compone en "El hombre de tu vida", donde se luce. Y acaba de ganar el Konex de Platino como mejor actriz de TV de los últimos diez años.
Silvina Lamazares
Ironías de estos tiempos, la mujer que acaba de ganar ­compartido con Selva Alemán- el Konex de Platino como mejor actriz de televisión de los últimos diez años, ahora trabaja, de alguna manera, en programa ajeno. `En el programa de Francella’. Y, lejos de molestarle la etiqueta simplista, Mercedes Morán ensaya la figura que mejor explica su momento: "Venís recibiendo gente en tu casa, un día tras otro, te la pasás ordenando, cocinando, lavando los platos, y, entonces, ser invitada a comer a otro lado es lo mejor que te puede suceder. Por un rato no tenés que ocuparte de anfitrionar".

¿No juega en contra el ego?
En este momento no me jugó en contra, para nada. Al contrario, acompañó. Quería jugar a la invitada. Y lo estoy disfrutando porque estaba muy necesitada de tiempo para mí, después de dos años de muchísimo laburo con el teatro.
Ahora puedo reservarme uno o dos días para mis cosas...

Pero, que digan eso de `el programa de Francella’, no siendo Francella, ¿molesta?
A mí no me jode, de verdad. Hay algo que me pasa muy contradictorio cuando soy la única protagonista de una película, de una obra o de un programa de tele: me canso de mí rápidamente. Hay algo de no estar todo el tiempo que me ayuda a verme mejor. Me funciona al revés, digamos.
Sincera, se abre Morán en el living de su casa, sobrevolando una avenida Libertador dominada por el caos. Cuatro pisos arriba de ese furor, la calma matiza la charla, entre un sabroso café preparado por ella y un repaso por este tiempo de gloria (el premio se lo entregarán el 4 de octubre). Gloria, precisamente, se llama su personaje de El
hombre de tu vida (domingo a las
22, por Telefe), la comedia creada por Juan José Campanella y protagonizada por Guillermo Francella.
"Me divierten mucho las participaciones especiales y los cameos (cuando un actor hace de sí mismo, no es éste el caso), míos y ajenos. Además, para mí es un honor que para un proyecto de ellos, los dos hayan pensado en mí para un personaje tan fundamental en la historia. Y está bueno ser la única chica en un grupete de hombres, sumándolo a (Luis) Brandoni. Y, te confieso una cosa, hace mucho tiempo que quería trabajar con Francella", reconoce la mujer que, en realidad, se dio el gusto cuando filmó Los Marziano, la película de Ana Katz que competirá en San Sebastián (Mercedes viajará el 20), en la que actúan los dos.
¿Vos veías en él que no era sólo un buen comediante? Siempre le vi un talento enorme como actor. Y tiene una gracia y una verdad...
Morán no es de las figuras que evitan hablar de sus colegas midiendo cuánto de su espacio se le dedica al otro. Como al atribuírle a Campanella el acierto de que Gloria ­la prima del protagonista, una inescrupulosa que inventa una agencia de solos y solas para que él conquiste clientas y luego las decepcione- sea malhablada. "El dice que yo puteo bien como actriz. Es más, la puteada mía de Luna de Avellaneda ­filme que él dirigió y ella coprotagonizó- ganó concursos de radio. Y ahora, por ejemplo, sé que hay ringtones (sonidos de llamada de celulares) con el `Atendé, pelotudo’ que le digo a mi amante (Germán Kraus) en el programa. Yo le decía a Juan: `¿Putear, te parece?’, no por pacata, sino porque no lo hago naturalmente en la vida. Entonces un día le llevé una lista de casi puteadas, en la que estaban `Qué hijo de fruta’ o `La colcha de la lora’. Y me dijo `No, Mercedes, no. La puteada es puteada’. Y veo que tuvo mucha razón, porque eso es parte fundamental de esta Gloria que pegó tanto".
Con un catálogo de mujeres para todos los gustos, sus chicas de ficción tienen algún condimento que no las manda directamente al cielo, en caso de que sea cierto que los buenos vayan al cielo. "Siempre traté de subrayar los aspectos más oscuros de cada mujer que me tocó componer. Me gusta que mis personajes no sean heroínas convencionales. Que tengan zonas mezquinas, por ejemplo, las humaniza bastante. Cuando hice a Roxi ­su inolvidable criatura de Gasoleros-, le pedí a Adrián (Suar): `Hacela mentirosa, por favor, hacela mala amiga’. Y, por otro lado, como en este tándem el personaje de Guillermo es tan bueno, yo respiro cada vez que aparece alguien más inescrupuloso. Y que eso esté en mis manos me hace gracia".
Gloria la lleva con la memoria a los `80, "cuando debuté en tele. Era la novia mala del hijo de Rosa de lejos. Se llamaba Paola de Alvear.
Me acuerdo que cuando mataron a la novia buena, que era Gaby Toscano, el país lloraba y un día salí de ATC y me gritaban de todo".
Una nota con Morán es una charla franca, poblada de imágenes que sabe dibujar en el aire.
A dos años de haber estrenado Agosto, la obra que protagonizó y adaptó, y a uno de haber dirigido la puesta de Amor, dolor y qué me pongo, que le dejó "muy buena sensación con lo artístico y con la crítica, no así con la producción (de Daniel Grinbank), con quien no repetiría", ahora prepara la obra con la que volverá al escenario el año que viene ("Es una comedia que habla sobre las oportunidades, cuyo título original es Buena gente y producirá Pablo Kompel"), seguirá grabando El hombre de tu vida hasta diciembre, cuando deje de `comer afuera’ para volver a abrir las puertas de su casa. Como lo hizo esta vez para la nota.

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