Es como el vino, cuanto más viejo más lindo”, dice una señora apretada sobre las vallas. A su lado, un grupo de jóvenes veraniegas no paran de gritar y llorar al verlo caminar por la alfombra roja montada sobre la rambla del Hotel Provincial de Mar del Plata. “Te amo”, grita una; él sonríe y le tira un beso. Pablo Echarri está de regreso. Con sus canas distintivas, voz ronca e inconfundible impronta, vuelve a la TV tras el éxito de Resistiré y Montecristo. Y con una doble apuesta: será el galán de El Elegido, la ficción que mañana debuta en el prime time de Telefe (a las 22.30), donde también ejerce el rol de productor con El Arbol, la empresa que creó junto a Martín Seefeld y Ronnie Amendolara. “Una parte de la historia se llevará en Mar del Plata. Todavía no grabamos pero uno de los personajes se va a pegar unas escapadas para acá”, anticipa Echarri, quien acaba de llegar a La Feliz en avión con el hambre acechándolo. Pide un sándwich de pollo a la plancha con tomate, lechuga, queso y una cerveza “bien fría” para acompañar su almuerzo-merienda.

—Tu personaje (Andrés) es un abogado, una profesión que emula al yin y al yang. En “Carancho” se muestra una de esas partes. ¿Lo pensaste desde ese lado de oscuridad?—Claro. Carancho es un “peliculón”, ¡por Dios! y qué grande Ricardo (Darín). Lo pensé porque quería utilizar el arquetipo de una persona con sus dos caras, que vaya desde la oscuridad hacia la luz y de esa manera instalar la historia. Me pareció un buen trayecto, algo que busco como galán. Lo mismo hice con la venganza en Montecristo y resultó ser muy jugoso.
Juega a dos puntas. En este doble rol de galán-productor, Echarri dice que no eligió a todos los actores y actrices que lo acompañan: Leticia Bredice, Paola Krum, Mónica Antonópulos, Patricio Contreras, Leonor Manso, Lito Cruz, su socio Seefeld, entre otros, aunque reconoce: “Paola estaba primera en la lista, fue mi primera sensación de certeza y cuando leí el guión del malvado imaginé a Lito, no hay otro que lo pueda hacer mejor que él. La gente lo va a recordar por su encanto y maldad. Por suerte, cuando los convocamos aceptaron todos de entrada”. Sobre los miedos de afrontar una inversión importante y no terminar en quiebra como Gastón Pauls, el protagonista responde: “Siempre me da miedo, estoy bastante asustado porque hay una jugada muy importante, plasmar una idea y concretar el sueño que empezó hace un año y medio. Gastón lo hizo y lo seguirá haciendo, seguramente, en otro momento de su vida. Mis miedos pasan más por reencontrarme con el público y que le guste lo que hago porque estamos muy bien asesorados y tenemos un sólido sector financiero”.
—¿Qué aprendiste como productor? ¿Cuál es tu rol?
—Voy entendiendo la relación con el dinero, el presupuesto y la concreción de un hecho artístico de calidad. Me asombraron muchísimo las cifras, mucha plata, y estar en nuestra cabeza es una gran responsabilidad. El éxito en televisión es importante, te mentiría si te digo que no me importa el rating, porque cuando es favorable no solamente te supera sino que el disfrute es buenísimo. Quiero hacer algo bueno y que a la vez sea un éxito de audiencia y comercial.
El as de espadas de Telefe. Pasaron cuatro años de aquel exitoso Montecristo, la última vez que Echarri actuó en una telenovela, ganadora del Martín Fierro y del prime time versus Tinelli. En ese tiempo fuera de la TV, participó en The Pillowman en el teatro Lola Membrives y en cine protagonizó La viuda de los jueves y brindó su voz a la criatura animada de Fontanarrosa, Boogie, el aceitoso.



—El año pasado Telefe perdió el rating anual contra El Trece por primera vez en veinte años. ¿Sos “el elegido” junto con Facundo Arana para recuperar el liderazgo?
—No. Siento que hay una responsabilidad muy grande porque soy un jugador de Telefe y el canal espera un resultado concreto. Soy parte de un plan bastante más grande, sé que somos importantes, pero ni Facundo ni yo somos los encargados de salvarlo porque el canal tiene un proyecto basado en la calidad y diversidad de productos.
—Siempre te tocó competir con Marcelo Tinelli...
—Es cierto (le da el primer mordisco al sándwich). Siempre lo deseé profundamente, se fueron dando las cosas y con Montecristo tuvimos una experiencia increíble a nivel números y premios. Hubo una cuestión de rating impresionante. A mí me gusta competir con Marcelo Tinelli, me parece el rival más digno que existe, y me obliga a ponerme a la altura. Es un motor maravilloso, aunque sé que puedo perder en el primer round por nocaut.
Ideología oficial. Pablo Echarri fue uno de los primeros artistas que habló en 6, 7, 8 el día que murió Néstor Kirchner. La imagen del actor aplaudiendo con lágrimas en los ojos aún sigue latente. “La muerte de Néstor Kirchner –asegura– fue, en cierta forma, transformadora, me obligó a decidir ciertos ideales concretos y ese momento fue de sentimiento puro. Por eso lo expresé así en un hecho tan triste.”
—¿Cómo tomás las críticas hacia Andrea del Boca o Florencia Peña por su vínculo con el Gobierno?
—Es lógico. Cuando la necesidad de definición política es tan importante se arman espacios. A Florencia la felicito en su decisión y compromiso de ideal. Igualmente: ¿cuál es el otro ideal? Los que no piensan como nosotros, ¿cuál es su pensamiento? Es un momento de nuestras vidas en el que es necesario definirse, tiene que ver con nuestros hijos.
—¿Aceptarías un cargo en Avellaneda?
—Uno nunca sabe, pero me parece que no lo aceptaría. Sólo quiero que mi familia esté bien, ofrecerle cosas buenas al público y poder expresarme. Después, dejaré que pase el tiempo. Ya veremos.

Fútbol, mujer, hijos y el nuevo rol de productor
“¿Se puede fumar acá?”, pregunta Echarri (42) apenas termina su sándwich. El actor, fanático de Independiente, asegura que aún disfruta de la Copa Sudamericana lograda por el equipo del Turco Mohamed. “Me encanta el Turco –dice con una sonrisa–, nos acaba de dar una alegría enorme. No pude ir a la cancha pero se sabe que mi hijo es hincha del Rojo hasta la muerte.” El galán confiesa que en estos años de ausencia televisiva no lo llamaron “tanto como muchos creen”, aspecto que lo impulsó a producir: “No había un contacto muy fluido con las escasas opciones que hay en la televisión y no me cerraban las propuestas”. La mirada de productor, dice, empezó a aparecer en Los buscas de siempre (2000): “Aquella vez, hice un acuerdo con Quique Estevanez (productor) más allá de mi rol de galán –recuerda–. Empecé a meterme en la musicalización de las escenas, a opinar sobre ciertos integrantes del elenco y la historia de mi personaje. Luego, en Resistiré y Montecristo, fui teniendo una opinión artística que era aceptable, no le erraba con mis ideas y ahí me di cuenta de que no me llenaba solamente actuar”.
Los dos primeros capítulos de El Elegido, fueron grabados en España. “No lo hicimos con la idea de vender el producto al extranjero –explica–. Mi manera de trabajar es tener un tiempo en el aire y después mostrar el productor en otros lados. Contamos con Telefe Internacional, que es increíble, llegás a otros lados, y trae mucha satisfacción.”
Echarri (42) compartió elenco con su pareja, Nancy Dupláa, en Los buscas de siempre. Su participación le valió su primer Martín Fierro y también encontró a la madre de sus hijos (Morena y Julián), luego de finalizar cinco años de noviazgo con Natalia Oreiro.
—¿Le consultás o le pedís consejos a Nancy?
—No todo, pero cuando las decisiones son cruciales, ella forma parte, es inevitable, sé qué clase de actriz es y ésa fue una de las cosas que más me enamoraron, su mirada es muy pragmática.
—Con tantas horas de grabación y función de productor, ¿como vas a hacer con tu rol de padre?
—Estoy trabajando bastante, las horas son muchas, pero cuando vuelvo a casa le pongo las mayores pilas porque tengo un nene de ocho meses que me ve llegar, me tira los brazos y quiere ir al piso porque quiere correr y ¡todavía no sabe caminar! Llegar a casa es un bálsamo, Hacer el trabajo diario sin vivir la realidad, el amor de mis hijos, de nada serviría: sin ellos, no podría dar ni medio paso.

(perfil)

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