Con la excusa de someterlo a una entrevista, Loreley indagó a Martín acerca de sus preferencias con las mujeres y su futuro como padre de familia.
El cuestionario, que había comenzado con un “¿Cuántos años tenés?”, fue dejando de lado las naderías para adentrarse en temas específicos de gran importancia para la entrevistadora.
Cuando las preguntas se agotaron en la cabeza de Lore, la muchacha no quiso cerrar la entrevista con un beso y un abrazo, procedimiento que comúnmente –dijo- realizaba con los demás chicos de la casa.
(primicias)
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