Uno, dos, no más. Generalmente el número "dos" es el tope de unitarios que la tele luce cada temporada. Y ésta no distó demasiado, con dos propuestas de lo más ponderadas, una trastabillada segunda vuelta y una miniserie que no alcanzó los mejores resultados.
La tira procura intensidad, y el unitario calidad, y estos dos conceptos terminan por distanciar dos productos de ficción que le "sirven la mesa" a dos televidentes distintos.
Con la propuesta diaria, el público se apasiona y se enamora, y con el unitario se conmueve y disfruta.
Y así le pasó a los espectadores de Para vestir santos, que encontraron en el trío de las hermanas Sanjuan a un grupo de perdedoras, loosers como pocas, que capítulo a capítulo desnudaron sus miserias y generaron una real conexión con su fiel seguidor.
Las acompañaron los números, la crítica, y la repercusión por el atrevimiento y el advenimiento de una forma distinta de contar historias en televisión.
Ni un paso atrás quedó Lo que el tiempo nos dejó; estuvo a la altura. Fueron seis especiales realizados especialmente para festejar los 200 años de la Patria, que cosecharon los mejores elogios.
Hubo aplausos para interpretaciones memorables -como la del "Ángel Rubio" de Mike Amigorena- y hasta premios, y Telefe ponderó la calidad del producto y resguardó su espacio de los miércoles para no enviarlo a una guerra perdida de antemano contra ShowMatch.
No corrió la misma suerte Todos contra Juan 2, que tras una primera temporada que no fue en este canal, abandonó América y desembarcó con su segunda edición.
Su primera vuelta no había sido un suceso numérico, ni muchos menos, pero el tiempo transcurrido desde su final, le había otorgado una masividad inusitada en otros canales – Internet, boca a boca- que preveía una buena factura en Telefe.
No obstante su estadía, no fue la esperable: los números acompañaron poco, y algunos espectadores decidieron quedarse con el primer recuerdo.
Pese a ello, será recordado como un unitario, que en su primera y segunda temporada, se animó al antihéroe protagonista, e hizo gala de un género que pocos se animan a explorar en la tele.
Impostores fue el cuarto unitario que se vio en esta temporada: estuvo tres meses en la pantalla de El Trece, en un horario marginal, que lo condenó a magros resultados que sólo se pueden obtener en la medianoche de domingo.
Para vestir santos fue exitoso en calidad y cantidad, Lo que el tiempo nos dejó tuvo más afinidad con el primer inciso que con el segundo, al igual que -en menor medida- la tuvieron el tercero y el cuarto.
Lo que importa es la calidad, pero si hubiese cantidad, mucho mejor.
(television.com.ar)
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